Junto al Carraixet se levantó una ermita, bajo la advocación de la Virgen de los Desamparados. Levantada en 1447, acogía dos cementerios: el de personas desamparadas e inocentes, que fallecían en las calles y en centros asistenciales sin familia, y el de los ajusticiados, que procedían de Valencia ciudad donde, en la plaza del Mercado Central, se realizaban públicamente los ahorcamientos.
En el año 1414, por real privilegio de don Fernando de Antequera, se aprobaron las ‘Constituciones’ de la Cofradía, que ostentó el nombre de “Real Cofradía de Nostra Sancta María dels Ignoscens”. Entre sus fines figuraba amparar, proteger y servir a los enfermos acogidos, proveer todo lo relacionado con el culto a la Patrona, así como atender las exequias de los enfermos fallecidos y proceder a otras obras de caridad, especialmente la asistencia a los condenados a muerte, dando finalmente cristiana sepultura a los cadáveres de los ajusticiados.
La exposición de ajusticiados cesó en 1790, pero la pena capital siguió hasta principios del siglos XIX y se continuó enterrando a los condenados en este cementerio que pasó a ser conocido por el de “los ajusticiados”. La actual ermita data de 1936, porque fue de nuevo construida y levantada sobre la primitiva edificación y el antiguo cementerio
1929. Casa del verdugo.