viernes, 27 de enero de 2017

Calle de la Palanca.


En la calle Pintor Sorolla, entre los edificios del banco de Valencia y el antiguo banco Urquijo, existe un hueco con una puerta transparente con el anagrama del nuevo banco que ocupa el edificio de la izquierda. Este rincón es el último reducto de la calle de la Palanca.

 

Era una calle que iba desde la plaza de las Barcas (actualmente es la calle Pintor Sorolla) y finalizaba en la calle de la Cequiola (actualmente sería D. Juan de Austria). junto a la Morera.

Plano de Tomás Tosca.

En un lado de la calle había un gran huerto perteneciente al Colegio del Refugio, creado en 1711 y destinado a niñas huerfanas de militares. Más tarde, junto con el edificio de Na Monforta  se ubicaría la Escuela de Artesanos antes de construirse la de la avenida del Reino de Valencia.

1831. La calle con sus huertos.

Con fecha de 21 de septiembre de 1852, el arquitecto Ramón Estellés tiene el cargo de decorar, como manifiesta el diseño adjunto, la fachada del callejón que fue público y ahora propiedad del Sr. Marqués de San Joaquín por tanto suplica que se le conceda el correspondiente permiso para llevar a efecto la indicada obra.

Puerta en la plaza de las Barcas (hoy calle Pintor Sorolla).

En 1860 la calle ha desparecido, quedando una línea en la separación de los huertos y edificios pertenecientes a la banca de Madrid.

 En 1865 se recibe una denuncia del mal estado de los muros de los edificios y huertos recayentes a la calle de la Cequiola, siendo llevado por los juzgados de oficio, debido a la crisis de banca de Madrid se llega a la demolición en 1866. En 1871 forman parte en el concurso de acreedores de banca de Madrid.

Detalle de foto donde se ve la puerta construida

Siendo ya olvidada la calle de la Palanca de la que únicamente quedan los balcones del actual banco.

Google.


Fuentes:

Archivo Histórico Municipal. 
Biblioteca Valenciana.

jueves, 5 de enero de 2017

El kiosco de la plaza de la Reina.



En la plaza de la Reina junto a la esquina con la calle de la Paz, en el lugar que ocupa un anuncio de Picasso, se encontraba un kiosco con una curiosa historia.


El día 11 de septiembre de 1890, D. José Martínez Aparisi solicita instalar en Valencia dos kioscos “Cicerone” de su invención, cuya patente fue aceptada en julio del mismo año por el Gobierno se S. M. con una duración de 20 años. Dichos kioscos se colocarían en el centro de las plazas de la estación y de la Reyna de manera que los seis lados serían visibles al público.

 Kiosco Cicerone.


El 14 de octubre de 1890 se acepta la instalación de los kioscos con la condición de que no adquiere derecho alguno sobre la servidumbre y la vía pública pudiendo el Excmo. Ayuntamiento acordar cuando lo estime conveniente la desaparición de dichos kioscos y abonando el arbitrio correspondiente.

El 8 de noviembre del mismo año los vecinos de la zona de la plaza de la Reina realizan un escrito al Ayuntamiento en el que indican que consideran beneficioso la instalación de los kioscos ya que adornará la zona y la iluminará de noche.

El 25 de enero de 1895 los dueños de los principales establecimientos de la plaza de la Reina solicitan que desaparezca el kiosco alegando que “dicho trasto no sirve para nada práctico sino para afear los puntos más hermosos de la ciudad”, “y cuando por fin va a ser una realidad la reforma de la plaza de la Reina y la calle de la Paz resulta de mal gusto un armatoste que no sirve hoy mas que para mingitorio”



El 1 de abril el arquitecto de Distrito, una vez comprobado el estado, solicita al Ayuntamiento la desaparición del kiosco Cicerone y el 13 del mismo mes el Ayuntamiento pide el informe del concesionario del kiosco ofreciendo las reformas del mismo.

En dicho informe la empresa Martínez & cía. lamentaba que algunos comerciantes pretendiesen hacer desaparecer el kiosco que servía de sustento a unos pobres obreros y que por su forma y su emplazamiento perjudica en lo más mínimo y que funden la solicitud por no estar en armonía por su feo aspecto con el ornato y embellecimiento de las nuevas reformas. El kiosco ha dado mayor esplendor y realce a la expresada plaza siendo uno de los mejores no de España sino también del extranjero.

Como se puede ver en el plano que se adjuntaba, la reforma que más llama la atención es la colocación de un reloj de cuatro esferas iluminado con un potente foco y que el kiosco podría servir para la venta de localidades de la Batalla de Flores de la Feria de Julio.

 Boceto de reformas. 1895.


El 31 de mayo de 1895 el presidente de la Comisión propone al Ayuntamiento la desaparición del kiosco. El 16 de junio el ayuntamiento desecha la propuesta de la Comisión, solicitando la reforma del kiosco con el añadido del reloj de cuatro esferas, comunicándolo a la empresa el 27 de junio.


21 de octubre se entrega el plano del kiosco reformado.
 
El 10 de enero 1896  se comunica al Ayuntamiento que las obras de reformas aún no se han realizado, solicitando la desaparición del antiguo kiosco. El día 18 de febrero se emplaza a la empresa para notificarle la realización de las obras para la instalación del nuevo kiosco y se entrega al alguacil la Célula de notificación.

El 4 de julio de 1898, ante decisión de la Comisión de Policía Urbana de suprimir el kiosco sin oír a la empresa G. Martínez y Cia. ésta escribe al Ayuntamiento indicando que se han estado abonando los arbitrios correspondientes y que las distintas reformas del kiosco ascienden a 14.000 pts. y ante el acuerdo de elevar el arbitrio a 5 pts. diarias que son sumas no despreciables solicita seguir con la concesión del kiosco. Siendo aceptada la continuidad del kiosco.

El 11 de diciembre de 1901, el kiosco no prestaba servicio alguno y era un obstáculo para la visualidad y tránsito de carruaje, la comisión de Policía Urbana propone que sea retirado, siendo avisado al representante de la empresa el día 25 de enero de 1902. El 5 de febrero se dirigen al Ayuntamiento quejándose e informando que el reloj  presta un servicio público y que el kiosco estaba próximo a reabrir, solicitando que siga permaneciendo en la plaza.

El 4 de marzo de 1902, se le concede un plazo de 48 horas a la empresa para retirar el kiosco o se actuaría de oficio.


A la citación se presenta D. Francisco Martínez Vicent socio de la empresa dándose por enterado y para reclamar que se siga manteniendo el kiosco en la plaza de la Reina, sin recibir ninguna contestación.

El 8 de marzo dan orden al capataz de obras de desmantelar el kiosco y depositarlo en el depósito municipal de la calle de la Jordana asumiendo los gastos la empresa G. Martínez y Cía. Que ascendían a 35 pts.


El día 20 de marzo de 1902 se envía la papeleta de citación a la empresa para que pase a recoger el kiosco de los depósitos de la calle la Jordana. El 10 de abril al no acudir se le comunica que si no se presenta en el plazo de 15 días, para retirar el kiosco y pagar las costas, se procederá a su venta.

Debido a los recursos interpuesto por Elías Martínez por retirarse el kiosco, con fecha del día 24 de junio de 1904 todavía permanecía en los depósitos municipales. El 12 de agosto de 1904 se daba por concluido el tema no admitiéndose más recursos.


Esplugas.




Fuentes:
Archivo Histórico Municipal.
Hemeroteca Municipal.